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jueves, 23 de febrero de 2023

Cámara de Representantes de Uruguay estrenará profesionales de la corrección de textos

Buenas noticias desde el otro lado del charco

Por Leonora Madalena*

¡Fuimos noticia! Por fin los medios se ocuparon de nuestra profesión. Salimos en radios y diarios de la vecina orilla explicando qué hace una persona que se ocupa de corrección de textos, dónde se estudia y por qué nuestra función es tan importante para nuestras sociedades.

Es que la Cámara de Representantes de Uruguay ya cuenta con dos nuevos cargos para dos profesionales de la corrección. En el concurso para proveer los cargos se especificaba que tales profesionales tienen la función de brindar asistencia técnica a las comisiones, a los legisladores y a las demás áreas de la Cámara, en la revisión y corrección de textos en cuanto a los aspectos gramaticales, de estructura, forma y estilo.

El anterior presidente de la Cámara, Ope Pasquet, consiguió que se hiciera el concurso para desempeñar esos dos nuevos cargos con el argumento de que jueces, abogados, escribanos y jerarcas de la administración se quejaban de que “no se entiende lo que quisieron poner” en las leyes.

Al concurso se presentaron treinta y cinco personas. El sueldo era muy tentador: cerca de $ 75000, más una compensación adicional equivalente al 58 % del sueldo mencionado, porque el puesto es de “dedicación especial y horario sin término”, con “ingreso y egreso variables” y “permanencia a la orden”. Van a terminar cobrando unos $ 120 000 uruguayos, cerca de USD 3000 (aclaremos, además, que en Uruguay el dólar bajó cerca de un 10 % en 2022).

Gabriela Basaldúa, presidenta de nuestra asociación hermana, AUCE, explicaba en los medios uruguayos que la carrera de Corrección de Estilo se estudia en la Universidad de la República, y el título es de técnico profesional egresado de la Facultad de Humanidades y Ciencias de la Educación. Se trata de una carrera bastante reciente; la primera generación egresó en 2008.

Tanto AUCE como PLECA trabajamos desde hace años para visibilizar el trabajo de nuestros profesionales y su importancia en las instituciones públicas y privadas.

Esta noticia es un gran paso para nuestras reivindicaciones y, sobre todo, para garantizar el derecho ciudadano a la calidad de la comunicación de las instituciones democráticas. Las legisladoras y los legisladores charrúas ahora podrán concentrarse en producir normativa, en resolver problemas de la ciudadanía y no en revisar la forma de los textos que redactan.

Uruguay es el único país de América que forma profesionales de la corrección de estilo en su universidad estatal de manera totalmente gratuita.

* Leonora Madalena es correctora, traductora e intérprete, y docente de español como lengua extranjera. Integrante de la comisión directiva de PLECA.

El breve texto precedente fue escrito con la urgencia de la emoción por contar una muy buena noticia y salió publicado en el blog del sitio institucional de PLECA (asociación argentina de profesionales de la corrección de textos): https://www.pleca.org.ar/buenas-noticias-desde-el-otro-lado-del-charco/ 

Aconsejo también la lectura de los otros artículos publicados en el sitio, del que comparto el link: https://www.pleca.org.ar/blog/


domingo, 3 de abril de 2022

Webinar "Jorge Luis Borges y Elon Musk no tienen nada que ver. ¿O sí...?


¡Hola! 

Acá va el link para que te inscribas al webinar gratuito que doy 

el miércoles 6 de abril de 2022 a las 14:00 (Arg.), 19:00 (Ita.)

desde la plataforma de Unibo Argentina:

https://bit.ly/Charla_Leonora_Madalena

¡Te espero! 

Si justo ese día a esa hora no podés asistir, unos días después se podrá ver en el canal de YouTube de Unibo Argentina.



Webinar Borges - Musk 

miércoles, 25 de marzo de 2020

Los eufemismos también matan



El árbol de la vida, cultura Chancay (Perú), entre 900 y 1476
A comienzos de marzo había empezado a escribir una entrada para este blog acerca de la pobre representación política femenina en mi país de origen, Uruguay, que supo ser de vanguardia en tantos aspectos a lo largo de su historia. 

La idea que tenía era comparar mi entrada de hace un año (marzo 2019) https://leomadalena.blogspot.com/2019/03/vieja-negra-y-extranjera-la-primera.html?m=1 con la situación poselectoral de hoy, marzo 2020 (las últimas elecciones nacionales en Uruguay fueron en noviembre 2019).

A pesar de mi modestísimo llamado de atención desde este blog hace un año, en las últimas elecciones la representación femenina en los cargos electivos en 2019 fue peor que en 2014, como consigna el siguiente artículo del diario El País de Montevideo, que no se puede considerar un medio revolucionario de izquierda o feminista: 

Aquel plan acerca de la nueva entrada del blog se vio interrumpido por el vértigo del COVID-19. En pocos días los acontecimientos empezaron a acelerarse a un ritmo nunca antes visto. Todo iba cambiando muy rápido, a medida que el contagio se expandía y que los gobiernos de los países afectados empezaban a tomar diferentes medidas para contener los daños.

En Italia, otra de mis patrias, la situación se ponía cada vez más dura. Mi hija menor y mis otros familiares, mis exvecinas y exvecinos, mis amigos y amigas sufren, aguantan, se deprimen, se cuidan y cuidan, se inventan, se descubren, sin saber hasta cuándo tendrán que vivir en primera persona este relato de ciencia ficción de terror de Ray Bradbury.

En Argentina, la patria donde vivo, hace varios días que estamos en aislamiento (desde el 20/03/2020) y el gobierno cada vez toma nuevas medidas para contener la debacle que se avecina y que ya se sabe que golpeará más a las franjas más débiles (as usual). La Encuesta de la Deuda Social Argentina (EDSA), dada a conocer en los informes del 5 y del 28 de diciembre de 2019, registró para la segunda parte del año 2019 un 40,8% de personas bajo la línea de pobreza, de los cuales un 8,9% se ubicaron por debajo de la línea de indigencia. 

Wichis qom ya se morían de hambre y de invisibilidad antes del virus. La situación económica general ya era un desastre antes del virus. Sin embargo, algo bueno pasó: mucha gente de bandos políticos opuestos se unió en actitud solidaria ante la emergencia. Otras personas no, claro, porque hay de todo en la viña del señor...

En Uruguay, hoy (25 de marzo), el actual gobierno, cuya asunción fue hace escasos veinticuatro días (¡!), todavía no tomó casi ninguna de las duras y valientes medidas que tomó el gobierno que fue electo en el mismo período de este lado del charco: no solo no hay cuarentena, sino que cuando en Argentina se prohíbe que se les corten los servicios públicos durante 180 días a quienes no podrán pagarlos debido a la emergencia económica, en el paisito las tarifas se aumentan un 10%... Y Uruguay es hoy el país de América del Sur con mayor número de contagiados en proporción a su escasa población.

Como las malas noticias no vienen solas, con respecto a los cuatro feminicidios en diez días que se perpetraron en marzo, el presidente de Uruguay, Luis Alberto Lacalle Pou (el Cuquito, como es conocido, y lo digo sin querer faltar el respeto hacia su alto cargo), habló de inevitables daños colaterales. Ahí llego a la cuestión lingüística y me disculpo por la larga introducción.

Busqué en Wikipedia la historia de la expresión daño colateral (clic en el link). Sé que no es una fuente del todo confiable, pero tampoco estoy escribiendo una tesis de doctorado.

Solo quisiera entender si hay una relación entre aquella pobre representación femenina en la política uruguaya y en cualquier cargo dirigente (también en la empresa privada, en las instituciones, en los clubes, en las asociaciones, etc.) y el uso de este eufemismo por parte del presidente recientemente electo.

¿Qué corno quiere decir el Cuquito con la expresión "daños colaterales", que proviene del lenguaje militar, para referirse a los feminicidios

Me acuerdo cuando me topé por primera vez con esa expresión, en la Guerra del Golfo. Ese eufemismo de origen militar me llenó de indignación humana, como me llena de indignación todo lo relacionado con las guerras: soy pacifista. Pero escuchar al presidente del Uruguay usar ese eufemismo para referirse a las mujeres asesinadas por hombres con los que tuvieron alguna relación me produce algo más que indignación, me revuelve las tripas. ¿Cuál es la guerra? ¿Cuáles los soldados?

También me subleva que se use el lenguaje militar para hablar de un virus: no es una guerra, es un virus. La guerra siempre es evitable. Un virus es un virus. Un asesinato es un asesinato, y siempre es evitable. Una mujer asesinada es una mujer asesinada, no un daño colateral. El machismo es machismo. Y también mata, como los eufemismos.

A propósito del uso discursivo de los eufemismos encontré esta joyita del lingüista holandés Teun Van Dijk (las negritas son mías):

Revista signos

versión On-line ISSN 0718-0934

Rev. signos v.39 n.60 Valparaíso  2006

http://dx.doi.org/10.4067/S0718-09342006000100003 

...la manipulación de la cognición social puede también incluir las bases mismas de toda la cognición social: el conocimiento general compartido socioculturalmente. De hecho, una de las mejores formas de detectar y resistir intentos de manipulación es el conocimiento específico (por ejemplo acerca de los actuales intereses de los manipuladores) así como conocimiento general (por ejemplo acerca de las estrategias para mantener el presupuesto militar elevado). Será, pues, de interés de los grupos dominantes asegurarse que no se adquiera un conocimiento general relevante y potencialmente crítico o que solo se adquiera conocimiento parcial, mal dirigido o prejuiciado.

Un ejemplo bien conocido de esta última estrategia fue la afirmación con la que el gobierno de Estados Unidos y sus aliados legitimaron el ataque a Irak en 2003: “conocimiento” acerca de armas de destrucción masiva, conocimiento que luego resultó falso. Se oculta información que puede llevar a conocimientos que se podrían usar para resistir la manipulación, por ejemplo, acerca de los costos reales de la guerra, el número de muertos, la naturaleza del “daño colateral” (civiles muertos en bombardeos masivos y otras acciones militares), etc. característicamente es ocultado, limitado o de alguna manera hecho aparecer menos riesgoso y, por ello, discursivamente desenfatizado, mediante eufemismos, expresiones vagas, implícitos, etc.

(...) Nuestro conocimiento sociocultural forma el núcleo de estas creencias y nos permite actuar, interactuar y comunicarnos significativamente con otros miembros de la misma cultura. Lo mismo sucede con muchas actitudes e ideologías sociales, compartidas con otros miembros del mismo grupo social, por ejemplo, pacifistas, socialistas, feministas, por una parte o racistas y machistas chauvinistas, por la otra (van Dijk, 1999). Estas representaciones sociales se adquieren gradualmente a lo largo de la vida, y si bien pueden cambiar, normalmente no cambian de un día para otro. (...)

El artículo completo en este link: Teun Van Dijk

Por último, algunas recomendaciones lingüísticas relacionadas con el virus, la enfermedad, la vacuna, etc. publicadas por Fundéu: 

Las expresiones vacuna contra la COVID-19 y vacuna anti-COVID-19 son más precisas y resultan, por tanto, preferibles a vacuna contra el coronavirus para referirse a la que se está intentando obtener para frenar la actual pandemia, como señala la Real Academia Nacional de Medicina. También es posible formar expresiones con el mismo significado empleando el prefijo anti-.
Vacuna contra la enfermedad o contra el virus
En el lenguaje médico y también en el español general es frecuente hablar tanto de vacunas contra una enfermedad (vacuna antigripal) como de vacunas contra el virus o la bacteria que las provocan (vacuna antimeningocócica o vacuna contra el virus del papiloma humano).
En el caso actual, resulta más preciso hablar de vacuna contra la COVID-19, que es el nombre de la enfermedad establecido por la OMSVacuna contra el coronavirus es una fórmula más imprecisa, ya que existen otros coronavirus diferentes del SARS-CoV-2 (el causante de la actual pandemia), por lo que en todo caso habría que usar la forma más compleja vacuna contra el SARS-CoV-2.
Con el prefijo anti-
• También es posible aludir a las vacunas con el prefijo anti-, seguido del sustantivo que da nombre a la enfermedad (en este caso, vacuna anti-COVID-19) o al agente que la causa (vacuna anticoronavirus, aunque, como se ha explicado anteriormente, resulta una fórmula imprecisa).
• Asimismo es habitual emplear ese mismo prefijo seguido de un adjetivo derivado a partir del nombre de la enfermedad o del agente que la causa: vacuna antidiftéricavacuna antirrábica, etc.
Para esta enfermedad, el adjetivo correspondiente sería covídico/a, y el del virus coronavírico o coronaviral, todos ellos correctamente formados, aunque, como es lógico, todavía registran un uso muy escaso. A partir de ellos, podrían formarse las expresiones vacuna anticovídica, en referencia a la enfermedad, y vacuna anticoronavírica o vacuna anticoronaviral, en relación con el virus, aunque estas últimas son formas más imprecisas.


viernes, 8 de marzo de 2019

Vieja, negra y extranjera: la primera mujer que votó en Uruguay y en toda América del Sur


Mujer escribiendo, Pompeya


En 1917, en un pequeño país del sur del mundo,  hubo una reforma constitucional que establecía, en su artículo quinto, la separación de la Iglesia Católica del Estado, y que permitía que las mujeres participaran en los comicios.


Así, resulta que la primera mujer que votó en América del Sur, en un plebiscito en un pequeño pueblo del interior del Uruguay, fue una ciudadana brasilera, afrodescendiente, de 90 años: Rita Ribeira. La historia tiene los visos de originalidad típicos de aquel pequeño país. Por empezar, el episodio se desarrolla en un pueblo que se llama Cerro Chato (Uruguay tiene, además, el Arroyo Seco y la Cárcel de Libertad, entre otras muchas bizarrías).
El singular poblado de Cerro Chato se encuentra en el cruce de los Departamentos de Treinta y Tres (sí, sí, en Uruguay también hay un Departamento que se llama Treinta y Tres), Durazno (no comment) y Florida (una toponimia más normalita).


Edificio en Cerro Chato donde votó por primera vez una mujer en Sudamérica.
Dice Wikipedia: “Esta particular situación hace que los servicios se repitan: funcionan tres seccionales policiales, tres juzgados y tres juntas locales, cada una con competencia sobre el área que le corresponde al pueblo, siendo común el planteo de algunos inconvenientes [te creo]”.

En 1927 la Corte Electoral autorizó la realización de un plebiscito para resolver la cuestión de la anexión de las partes del territorio que pertenecían a Florida y a Treinta y Tres al Departamento de Durazno. Podían participar en ese plebiscito “las personas (señalo el cuidado por la elección de un término no sexista) sin distinción de nacionalidad y sexo”; bastaba con ser residente e inscribirse en un registro.

Parece que “la Comisión de Mujeres de Durazno, que realizó una fervorosa campaña electoral a favor de la unificación de todo el territorio para el citado departamento, estaba liderada por Modesta Fuentes de Soubiron, conocida por mantener una áspera polémica con el diario El País de Montevideo, a raíz de una publicación donde se ponía en tela de juicio la capacidad ciudadana de las mujeres y en especial de las de Cerro Chato”.

Votó un 75% de las personas habilitadas y el resultado fue un amplísimo triunfo para Durazno. Wikipedia nos cuenta que “sin embargo, los resultados del plebiscito nunca fueron tomados en consideración por las autoridades de la época, y la iniciativa de anexión se perdió en el tiempo manteniéndose hoy la misma situación que en 1927”, pero eso ya no tiene mayor importancia.

Uruguay tiene una larga trayectoria en cuanto a los derechos civiles: la ley de divorcio es de 1907, en 1913 se agregó la causal “por la sola voluntad de la mujer” y en 1948 se estableció en el Código Civil la igualdad de derechos civiles de hombres y mujeres (si bien algunas diferencias en el Código se mantuvieron durante mucho tiempo).

En 2012 se aprobó la despenalización del aborto y en 2018 Uruguay resultó ser el segundo país con menor mortalidad materna de América, después de Canadá.

A pesar de todo, Uruguay tiene un índice de parlamentarias (18,6%) más bajo que el promedio mundial (22,9%). Para tratar de entender un poco las razones de esta paradoja, encontré estos artículos:



Como se sabe: “hecha la ley, hecha la trampa” y los uruguayos siempre adhirieron a la filosofía de la viveza criolla.

A la luz de toda esta historia, nada mejor que celebrar este 8 de marzo prometiéndonos que siempre y en todos lados (pero más que nunca en este año electoral en el paisito) vamos a estudiar muy bien la integración de las listas, porque a pesar de todo el blablá de la politiquería acerca de la igualdad de género, una lista encabezada por una mujer vale más que mil palabras. Y si en aquel Uruguay de 1927 fue posible que una ciudadana brasilera, negra y vieja fuera la primera mujer en votar en Cerro Chato y en toda América del Sur, no veo por qué no va a ser posible que logremos aumentar, casi un siglo después, ese vergonzoso porcentaje de parlamentarias.