Este año 2024, cuando se acerca el Día de la
Traducción, quiero compartir MI celebración de esta maravillosa actividad.
Mi historia no es nada extraordinaria, pero es mi
historia y a lo mejor le puede servir a alguien que está pensando en estudiar
traducción en un momento en que la IA parece estar amenazando nuestra
profesión.
Cuando entré a la universidad, hace cuarenta años (¡OMG!),
nunca imaginé todo lo que habrían de darme aquellas primeras carreras de Traductorado
Público, en inglés y en italiano, en la Facultad de Derecho de la Universidad
de la República del Uruguay.
Ahora veo que aquel primer acercamiento a ese mundo
fascinante, en vez de calmar mi hambre de conocimiento, despertó mi apetito
voraz para seguir estudiando.
Ahora también me doy cuenta de que no fui a la
universidad solo para conseguir trabajo y lograr ganarme el pan haciendo algo que me
resultara placentero, sino que fui a la universidad para prepararme para
desarrollar una pasión que me iba a llevar a querer seguir estudiando toda la
vida.
Durante y después de aquel primer pasaje por la
universidad quise estudiar otras lenguas, además de seguir mejorando mi
conocimiento del inglés y del italiano, así que incursioné en los universos del latín, portugués, francés y ruso.
Pero no me alcanzó, el apetito era cada vez más insaciable, entonces quise profundizar mis
estudios de traducción desde otra perspectiva y me puse a estudiar traducción
literaria y técnico-científica en el Instituto en Lenguas Vivas Juan Ramón
Fernández, de Buenos Aires.
Ahí me pasó algo extraño: cuando cursé la materia “Introducción a la Interpretación”,
con Vicky Massa, me picó el bichito y decidí zambullirme en ese mundo tan
especial, duro y desafiante, pero totalmente adictivo, y aprender a nadar en ese mar. Entonces fui al Centro
de Traducción e Interpretación y tuve a una gran tutora: Olga Álvarez de Barr.
La vida me llevó a irme a vivir a Italia y a volver a vivir
a la Argentina. Cuando volví, me di cuenta de que quería volver a mi lengua
materna, a perfeccionarla, a conocer mejor sus secretos, sus matices, sus
sutilezas, su complejidad y su riqueza. Entonces me puse a estudiar corrección
de textos en el Instituto Superior en Letras Eduardo Mallea y a hacer el
posgrado en enseñanza de español como lengua extranjera en la UBA (este último
porque estoy convencida de que enseñar es una excelente manera de aprender).
Asistí y asisto a infinidad de cursos, talleres,
seminarios, charlas y congresos y sé que nunca voy a dejar de hacerlo, porque
es mi vida y elijo vivirla así, estudiando, aprendiendo y gozando de mi pasión.
En los últimos tiempos me interesa profundizar en todo lo
que tiene que ver con un lenguaje amplio, no discriminatorio y empático.
¿Para
qué? Para que mi trabajo favorezca una mejor convivencia de las personas en
este mundo, para que prevalezca la construcción y no la destrucción, para que
el amor le gane al odio y para que esta última premisa no resulte cursi y
vacía.
¿Por qué? Porque estamos en el horno, gente. No hay un planeta B. Además
este me encanta, a pesar de todo.
Ese es el título del breve artículo que escribí y que se publicó recientemente en el blog de PLECA, la asociación de profesionales de la lengua española correcta de la Argentina.
Tercer y último ingrediente de mi spritz lingüístico:
¿Algoritmos? ¿UX? ¿SEO? ¿IA? Guaaaaat?!
Gentileza de Collages EPC
Todos los días interactuamos con alguna de esas cosas de mandinga: algoritmos, UX, SEO, IA y chatbots. Dialogamos con ellas, muchas veces sin saberlo. Gran parte de esa comunicación pasa a través de la lengua, por eso me interesa 🔎.
Como asesora lingüística (la versión breve de como traductora, intérprete, correctora y docente de español como lengua extranjera), casi todo lo que tiene que ver con la lengua me interesa 👀.
Aclaro que todo lo que diga acá acerca de estos temas se debe a que mi suprema ignorancia me llevó a intentar entender lo que está pasando en el mundo de las lenguas en sus actuales íntimas relaciones con la inteligencia artificial (¿Nerd yo? ¡Naaaaa!)
Desde esa perspectiva lingüística, me voy a ir arrimando, temerosa y cautamente, a los algoritmos. Después, ya los algoritmos me irán llevando de la mano al mundo UX, para llegar a conversar con chatbots o asistentes virtuales.
En una próxima entrada de mi blog intentaré que vos y yo nos amiguemos con estxs robotillxs y a lo mejor hasta podemos sentarnos a tomar un cafecito virtual: vos, yo y Chatbot (why not?). Entonces podría contarte mi reciente experiencia como asesora y maestra (o profesora, entrenadora, etc.) de asistente virtual y tal vez Chatbot nos relate su experiencia conmigo.
Empecemos entonces por los algoritmos, y más específicamente por detectar el sesgo de los algoritmos, aunque...
¿Qué
corno será “el sesgo de los algoritmos”?
Voy a intentar explicarlo con un
ejemplo: Google Translate. Veamos qué proponía hace pocos años este
traductor automático al traducir de un idioma con elementos gramaticales
neutros, como el inglés, a otro con elementos marcados por el género, como el
español o el italiano.
Este traductor automático elegía traducir a masculino o femenino porquelos algoritmos aprenden de manera automática, a partir de ejemplos de textos ya traducidos.
Los algoritmos no son machistas, sencillamente reflejan el machismo de la sociedad.
La cuestión es que
Google Translate ya modificó su algoritmo dos veces, en 2018 y en 2020, para
reducir el sesgo (bias en
inglés) de género y ofrecer traducciones menos androcéntricas. Esto muestra
la importancia que se le está dando a este tema allá arriba, en la cima de la montaña de Silicon Valley.
Estoy convencida de que este proceso orientado a no discriminar con el lenguaje no tiene marcha atrás: es más, me arriesgo a pronosticar (de atrevida nomás) que se seguirá avanzando en esa dirección. De hecho, un directivo de IBM pronosticó hace un tiempo que
solo la inteligencia artificial que esté libre de sesgos sobrevivirá.
La cuestión es que los algoritmos no nacen en un repollo. Que tengan sesgos también depende de quienes los programan, diseñan, configuran, etc. (y en alguna medida de quienes permitimos que los tengan...).
Pasemos ahora al mundo UX.
¿Qué corno es UX?
La traducción al español que nos ofrece Wikipedia de UX (user experience) es "experiencia de usuario". Es la traducción más cómoda, la que no hace ningún esfuerzo por empatizar con nadie, con nombrar a las personas como quieren ser nombradas, por incluir a todas las personas en la comunicación, una traducción que ignora la perspectiva de género, es decir una traducción soberbia, prepotente, comodona, conservadora, retrógrada y demodé. (El sesgo machista en Wikipedia da para otra entrada del blog; por ahora te lo debo).
Traducir UX, o user experience, con otra perspectiva es todo un desafío: ¿"experiencia de uso"? ¿"experiencia virtual/digital/online"?¿"experiencia" y chau? A veces podría ser algo como “¿Cómo es tu experiencia en esta app/sitio?”. Porque se pone el foco en la idea de "experiencia". Claro que era mucho más fácil traducir "experiencia de usuario", pero a quienes nos dedicamos a la traducción y a las lenguas nos gustan los desafíos y siempre aspiramos a algo mejor, en este caso a una opción menos androcéntrica y excluyente que "experiencia de usuario".
El mundo UX tiene varias áreas y una de ellas es UX Writing, es decir escribir en ese contexto.
Vi que UX Writing también se está traduciendo como "escritura de producto". Honestamente, si leo eso en español y no sé de qué va la cosa, la expresión me resulta tan oscura como UX Writing, pero en fin: se aprecia esfuerzo. Habrá que seguir pensando.
Por ponerlo de alguna manera y por lo que yo entendí, la SEO (Search Engine Optimazation, optimización de los motores de búsqueda) se ocupa de captar visitantes, lograr que las personas entren en un sitio. La UX apunta a retenerlas y fidelizarlas.
Entonces, en concreto, ¿qué hacen quienes se ocupan de UX? Intentan que los textos (incluso los miniminitextos) que crean logren una interacción positiva con el público objetivo de un producto o servicio en diferentes plataformas y entornos. El foco está puesto en quien recibe los mensajes y en lograr que su experiencia de uso e interacción sea amigable, que la persona encuentre fácilmente lo que busca o que haga fácilmente lo que necesita hacer a través de una página, app, etc., y además, que mientras interactúa la pase bien, que lo haga con gusto, es decir, que tenga una experiencia satisfactoria y agradable (o sea, que no ande a las puteadas con apps, chatbots, etc.).
Ya sabemos que cuando tenemos experiencias agradables, en general queremos repetirlas, entonces vamos a volver a ese sitio, app, chat, etc. Y ese también es el objetivo final; digámosla toda: nadie dedica tiempo y energía a esto por su infinita bondad.
Pasemos ahora a otro aspecto de este tipo de escritura.
¿Cómo se llevan UX Writing y lenguaje inclusivo?
Parece que se llevan
como la mona. Porque cambiar siempre da trabajo. Es mucho más cómodo hacer las cosas
como se hicieron siempre (aunque siempre es mucho tiempo), hablar como se habló siempre (más bien desde hace un montón de tiempo) y escribir como se
escribió siempre (claro que no hablamos ni escribimos
como hace 100 años o 500 ¿no?). 🤔
Para quienes
diagraman o diseñan, me imagino que a veces se tratará de agregar un campo o un botón a los dos “tradicionales”
para género, por ejemplo: masculino y femenino. [el burro siempre adelante, aunque la “f” esté antes que
la “m” en el diccionario… Además, la "a" también está antes que la "o" y sin embargo todos los sustantivos y adjetivos figuran en masculino en el diccionario...]
En formularios interactivos ya hace un tiempo que se empezó a ver "masculino", "femenino", "otro", e incluso "prefiero no responder". Abajo un ejemplo de botones "inclusivos" para la pregunta "¿Cómo describirías tu género?" en inglés:
masculino (incluyendo a hombres trans)
femenino (incluyendo a mujeres trans)
prefiero no contestar
prefiero autodescribirme (por favor, especificar)
Aunque, pensándolo mejor ¿será realmente
necesaria esa información acerca del género de las personas en todos los formularios? Si se trata de alimentar a los algoritmos para que se utilicen esas informaciones ¿tenemos la seguridad de que ese dato no promueve o reproduce discriminación? Acaso tendríamos que plantearnos qué información es realmente pertinente y modificar muchos formularios desde esa perspectiva, y también averiguar cómo se usan todos los datos con los que constantemente alimentamos las panzas de los algoritmos, para verificar si se está teniendo en cuenta el lado ético de la gestión de nuestros datos.
Los sesgos de los algoritmos pueden ser de muchos tipos, no solo de género. Si querés profundizar en el aspecto ético de los algoritmos, podés leer este artículo:
Cuando empezamos a ejercitar el ojo de lince para detectar lenguaje discriminatorio, ese proceso también se vuelve irreversible.
Si miramos con atención, a veces detectamos algunas paradojas, como la de la imagen (año 2020): la innovación y la transformación digital son puro blablá con
perspectiva vieja y sexista. Al decir "mejorar la calidad de vida de los vecinos”, el masculino genérico o universal rechina y no parece fácilmente asociable a las ideas de innovación o transformación digital.
¿Por qué hacer el esfuerzo de escribir y hablar en lenguaje claro, simple y no discriminatorio en UX?
Ya sabemos que nos va a dar más trabajo, vamos a tener que dedicar más tiempo, atención, energía y creatividad a encontrar las formas no discriminatorias del lenguaje que sean más apropiadas para cada contexto, cada público, cada objetivo y cada situación comunicativa. Entonces, ¿por qué complicarnos la vida?
Una posible respuesta sería:
Pero sobre todo porque no se trata de tecnología, marketing o inteligencia artificial, sino de personas.
Una máxima en UX Writing es que + accesibilidad equivale a - carga cognitiva. Esto lo podemos relacionar con aquella definición de lenguaje claro de PLAIN de la primera entrada de esta serie, la del primer ingrediente de mi spritz lingüístico: el lenguaje claro https://leomadalena.blogspot.com/2021/05/primer-ingrediente-de-mi-spritz.html
¿Qué relación hay entre UX Writing, lenguaje claro y no discriminatorio, y derechos?
Esto parece un matete 😕, pero no lo es 😃:
Parto de una premisa: estoy convencida de que la lengua nunca es ni neutra ni inocente. Yo elijo comunicar empatía, solidaridad y no violencia, por lo tanto voy a tratar de que mi lenguaje:
NO refleje opiniones prejuiciosas
NO refuerce estereotipos de género u otros
NO sea ni racista ni fóbico
NO discrimine a las personas por su edad, sus características físicas o mentales, sus habilidades físicas y un larguísimo etcétera
Para lograr ese objetivo voy a tratar de:
detectar privilegios y desequilibrios de poder en el lenguaje (binarismo, anglocentrismo, eurocentrismo, androcentrismo, clasismo, blanquitud, y tantos otros -ismos y -udes);
cuestionar y quebrar el pensamiento hegemónico dominante;
modificar hábitos que fomenten visiones del mundo discriminatorias de grupos vulnerables y no valoren la diversidad.
¡Pavada de trabajo!
Miguelito me dio algunas pistas:
De yapa va este cortometraje, Sunspring, cuyo guion fue hecho por una computadora. Parece que al corto le fue bastante bien en un festival en Inglaterra... A mí no me encantó, pero sobre gustos no hay nada escrito, dijo una vieja y tomaba mate en un plato.
También comparto este artículo de Catalina Arismendi:
Last, but not least, como mañana, 30 de setiembre (o septiembre, como prefieras) es el Día de la Traducción, pero a mí me parece que un solo día es un poco poco, te invito a mirar la serie de posteos en mi IG (@leonoraasesora) en el mes que está terminando, que decidí bautizar #MesDeLasTraductoras.
No se trata de excluir a los pocos colegas hombres en la profesión, sino de destacar a la gran mayoría de las colegas, invisibilizadas durante tanto tiempo.
Espero que si sos traductor, no te sientas ofendido ni excluido y lo tomes como lo que es: una simple provocación juguetona.
El 21 de abril de 2021, di el
webinar "Debates actuales en torno
a la lengua española" por Zoom, desde la plataforma de la Universidad
de Bolonia (representación en la Argentina). Lo bauticé un webinar-spritz, aunque la mía no es una receta demasiado
ortodoxa.
Webinar es la combinación de web = red, internet + seminar = seminario o charla.
El spritz es un trago que está
bastante de moda en Buenos Aires, si bien no está tan instalado como el fernet
con coca. Cuando un trago se pone de moda es porque una nueva combinación de
ingredientes gusta y se difunde.
En la lengua pasa algo
parecido: todo va cambiando y siempre surgen cosas nuevas a partir de lo que ya
existía; hay modas pasajeras y hay cambios vienen para quedarse. Algunos
intentos de cambio no funcionan, no gustan (como cuando la RAE trató de imponer
las grafías “cederrón”, “bluyín” o “yas”), otros fenómenos lingüísticos se van
expandiendo a través de los siglos (como el voseo en tantas partes de América).
Voseo generalizado de forma oral
y escrita
Voseo oral generalizado
Voseo coexistente con el tuteo o
voseo regional desprestigiado
Sin voseo
Primer ingrediente: lenguaje
claro
En esta entrada del blog voy a hablar
del primer ingrediente de mi spritz lingüístico: el lenguaje claro.
En las próximas entradas voy a ir agregando los otros ingredientes: se va a tratar de una serie de entradas cortas, de lectura rápida.
La definición de lenguaje claro que da
PLAIN, la asociación internacional de lenguaje claro, es la siguiente:
De acuerdo con esta definición, para que un texto sea
considerado claro, el público que lo lee tiene que poder encontrar fácilmente la información que está buscando,
entenderla y usarla.
¿Cuándo decimos que un texto
es claro?
Para que un texto sea considerado claro debería ser
adecuado al contexto y al público,
conciso (- es
+),
preciso (ni vago ni ambiguo),
correcto (sin
HERRORES),
eficaz,
organizado
gráficamente,
sin neologismos ni extranjerismos (o con
pocos),
sin jerga, tecnolectos ni siglas (o con
pocas, las más conocidas),
coherente y
uniforme.
Con respecto a la concisión, se calcula que un texto administrativo no debería tener más de 10 o 15 palabras por oración y que debería tener entre 3 y 8 líneas por párrafo (más o menos, porque no se trata de una ciencia exacta). De más está decir que en un texto claro no debería haber zaraza, chamullo o blablá inútil.
En cuanto a los recursos
gráficos, un texto claro con frecuencia juega con distintas fuentes, tamaños y
tipos de resaltados como negrita, cursiva, mayúsculas, (con ciertos criterios,
tampoco se trata de un carnaval), viñetas, títulos y subtítulos, etc.
En relación con los
extranjerismos, hace algunos años la RAE hizo una divertida campaña contra anglicismos en español. Se promocionaron dos productos: un perfume que
se llamaba “Swine” y unos anteojos de sol cuyo nombre comercial era “Sunset
Style with Blind Effect”. Imaginen la reacción de la gente cuando recibió el
paquetito con el perfume con olor a cerdo o los anteojos negros, pero supernegros,
que no dejaban ver nada.
Sin embargo, todas las lenguas se forman y crecen con préstamos de otras, así que tampoco hay que demonizar a los extranjerismos, porque ninguna lengua es pura, por suerte.
Con frecuencia padecemos textos
poco claros o directamente oscuros, sobre todo en lenguaje jurídico y
administrativo. Lo contrario de oscuro es claro y yo nunca escuché a nadie quejarse porque un texto fuera
demasiado claro… Martín Böhmer es superclaro
para explicarlo en este video de un par de minutos: Martín Böhmer lenguaje jurídico claro
Según una encuesta encargada
por el Defensor del Pueblo en España, en 2017, el 43% de la población dijo no
entender el lenguaje administrativo. Casi la mitad de la población: ¡un
montón!
Lenguaje claro y lectura
fácil
No hay que confundir lenguaje claro con lectura fácil. El lenguaje
claro apunta a toda la población lectora, no está pensado para un grupo de
personas en particular que tenga dificultades de comprensión de algún tipo.
La lectura fácil apunta a algunos grupos que, por
algún motivo, tiene alguna dificultad para comprender; a veces es necesario
adaptar textos para que sean comprendidos de manera más fácil por esos sectores de la población. El objetivo es el mismo, pero el lenguaje claro es más
amplio; no se trata de simplificar o de adaptar, sino de usar recursos normales
de la lengua y del diseño para que quien lee entienda fácilmente lo que está
leyendo.
A través del tiempo y del
espacio
Parece que en Gran Bretaña el tema de la
comunicación clara ya había preocupado bastante a Churchill durante la Segunda Guerra Mundial. En los EE. UU., Carter, Clinton y Obamaintentaron que la administración pública se
comunicara en un lenguaje tan claro y simple como fuera posible. No sé qué
tanto éxito tuvieron.
El tema es tan importante
que en muchos países hace tiempo que se intenta mejorar el lenguaje en el que la administración pública
se comunica con su ciudadanía. En esta corriente podemos inscribir las
versiones más recientes de las constituciones de varios países, que están redactadas
en lenguaje claro. En Sudáfrica, por
ejemplo, la Constitución de 1996 está redactada en lenguaje claro y fue
traducida a 11 idiomas que se hablan en ese país. Otra de las ventajas del
lenguaje claro es que facilita la traducción.
En Suecia el tema de la claridad en las comunicaciones es tan esencial
que ningún documento gubernamental puede publicarse si no tiene el OK de un
grupo de expertos en lenguaje claro.
En la Argentinaexiste la Red de Lenguaje Claro, que integro individualmente y también a través de PLECA, la joven y dinámica asociación que nuclea a las correctoras (que me disculpen mis poquííísimos colegas correctores plequenses por este uso infrecuente del femenino genérico) y de la cual integro la Comisión Directiva desde mayo de 2021.
«Los objetivos del desarrollo sostenible deben
estar orientados a la acción, ser concisos y fáciles de comunicar»
No solo los gobiernos y
las instituciones se vienen ocupando seriamente de lenguaje claro, también las
empresas y los bancos hace tiempo que están invirtiendo recursos en este tema.
Algunos bancos, por ejemplo, invierten en comunicación porque quieren mejorar esa imagen
negativa de la “letra chica”, mostrando que asumen una mayor responsabilidad en
cuidar los intereses de su clientela al brindarle información más clara.
Lenguaje claro y pandemia
En 2020, con la pandemia, la necesidad de que nos hablen claro se volvió más imperiosa y urgente que nunca, si bien siempre tenemos derecho a recibir información clara, no solo en situaciones excepcionales. Como usuaria, ciudadana, clienta y consumidora tengoderecho a que me hablen claro, y tengo que exigirlo, porque a veces parece que invertir en buena comunicación es accesorio, pero no lo es. Si no me hablan claro, están lesionando mi derecho a entender.
Pensando en este tema, cuando
empezaba el año 2021 publiqué esta foto en mis redes sociales.
En la próxima entrada del
blog voy a hablar del segundo
ingrediente de mi spritz: ellenguaje
no discriminatorio. En realidad hice un poco de trampa: en el flyer de la
charla puse a propósito #lenguajeinclusivo, porque es un
tema todavía bastante polémico y a mucha gente se le pone la piel de gallina apenas se menciona, pero en realidad el segundo ingrediente es más amplio que el lenguaje inclusivo, se trata de lenguaje no discriminatorio. Por ahora la dejo ahí, picando, para generar un poco de
suspenso: chan-chan-chan-chán.
¡Hasta la próxima entrada del blog! 😉 Gracias por leerme.😃Si quieren, pueden dejar algún comentario, que responderé con gusto, y también pueden compartir libremente el contenido. 🌻
Se acerca el
8 de marzo y se aceleran las sinapsis en relación al tema de la brecha de
género.
Hace poco le pedí a una pareja de estudiantes de español para extranjeros que escribieran 10
personajes argentinos/as o uruguayos/as en 2 minutos. Él escribió 13 personajes
masculinos de 14. Ella 8 de 10.
En un examen
oral de español que tomé hace poco, una estudiante italiana eligió hablar de
Evita Perón. Conversando acerca de las mujeres en política, le pregunté si le
parecía que Italia tendría una presidenta del Consejo de Ministros o una
Presidenta de la República en el corto plazo. Me contestó que en su opinión a
Italia le faltaba mucho para algo así todavía. La estudiante tiene 19 años y se
mostró muy decepcionada.
Esas formas
de representación prevalentemente masculinas en el pensamiento también se ven
reflejadas en nuestro lenguaje. Cuando hablamos elegimos todo el tiempo entre
formas más prestigiosas y formas a las que les adjudicamos menor valor.
Otro ejemplo:
me llamó la atención que cuando se comentaban los nombres de los futuros
ministros del nuevo gobierno de Mario Draghi, en casi todos los medios
italianos se hablaba del “Segretario della Farnesina, Elisabetta Belloni”.
¿Por qué se
mantienen algunos usos absurdos de la lengua, como decirle segretario a una
mujer, cuando existe la palabra segretaria? Es cierto que secretaria tiene
menos prestigio que secretario. Sin embargo, apuesto a que con el tiempo la forma segretaria perdería
esa carga de inferioridad frente a segretario si se difundiera el uso de segretaria para cargos "figos", como dice la lingüista Vera
Gheno en Femminili singolari. (https://www.illibraio.it/news/saggistica/femminili-singolari-femminismo-parole-1257690/)
¿Será por
pereza que se prefiere elegir segretario para una mujer? ¿Será porque cambiar
siempre implica un esfuerzo y es más cómodo seguir como hasta ahora? ¿O porque
ese cambio implica otros muchos cambios peligrosos para el andamiaje patriarcal
de la sociedad? ¿Ceder al cambio en el lenguaje podría hacer tambalear otras
rígidas estructuras?
Hace algunos
años se habló del Ministro Emma Bonino, la primera mujer en el cargo
de Ministra de Relaciones Exteriores de Italia. ¿Cuál sería la justificación
para tener que decir “el ministro” y no “la ministra” en italiano? La respuesta de la Accademia della Crusca en 2013 fue la siguiente: https://accademiadellacrusca.it/it/contenuti/la-crusca-risponde-il-ministro-o-la-ministra/6073
¿Presidente o
presidenta? ¿Secretario o secretaria?¿Jueza o juez? ¿Piloto o pilota? ¿Generala
o general? ¿Vos o tú? ¿Vos/tú o usted?
Lacy Duarte, esculturas en madera
Hace poco un
amigo italiano me mandó un par de esos textos anti-lenguaje-inclusivo que circulan
por ahí, que reproduzco textualmente, con faltas y todo:
PAREN LA ESTUPIDEZ "CHIQUES"🤦♀️
El
otro dia me senté en un restaurante con una amiga. Llega la encargada de
atendernos, nos saluda con una sonrisa y se da el siguiente diálogo:
-
Hola chiques!
-
Chiques? le dije yo, también con una sonrisa.
-
Así es, somos un restaurante inclusivo! (dijo con orgullo).
-
Mira que bien, me viene estupendo entonces, porque en un ratito viene un amigo
que es ciego. Tienen la carta en Braille?
-
Ay no, eso no tenemos.
-
ah ok viene mi señora pero viene con mi hija, que es Asperger. ¿Carta con
pictogramas para la gente autista, tienen?
-
no, perdón… Me dijo visiblemente nerviosa.
-
No te hagas drama, suele pasar. Me imagino que lengua de señas para los
clientes sordos deben saber... cierto?
-
La verdad me estás matando. (me contesto sonriendo nerviosa).
Ella
ya no estaba cómoda, sonreía con vergüenza, un poco de culpa, y un poco de
malestar también. Y ahí le dije:
-
No te hagas drama, suele pasar. Pero entonces lamento contarte que no son un
local inclusivo, son un local progre de cotillón, parte del triste relato que
está de moda. En el caso de tu local, esta gente no podría hacer algo tan
básico como comunicarse y pedir de comer o beber.
Quieres
ser inclusivo? Incluye a todos ellos, y todos los que el sistema directamente
no da lugar. Es difícil, si y mucho, pero no debemos ser tan hipócritas como
sociedad... una E no te hace inclusivo
Y después me mandó este otro:
Lo
que es increíble es que donde hay una palabra sin género que termina con E, le
terminan poniendo la A...Como Presidenta!
En
todo caso debería haber presidento también🙁
Y
cuando una mujer está demente, debería estar de menta?Y remitente debería ser
remitenta?
En
todo caso si existen las personas, deberían existir los personos...
Le reenvié
una entrevista a Santiago Kalinowski, lingüista y lexicógrafo que dirige el Departamento de Investigaciones Lingüísticas y Filológicas de la Academia Argentina de Letras,
de la cual destaco la introducción: Dice
(Kalinowski) que el lenguaje inclusivo es un hito discursivo que va a ser
asociado con esta época de la humanidad. Pero también que ningún grupo
minoritario, por más poderoso que sea, puede cambiar la gramática de una
comunidad.Entonces, aclara, “no es un fenómeno de cambio
lingüístico sino que es un fenómeno retórico” que es “laconfiguración discursiva de una lucha política”.
“El objetivo del inclusivo no es cambiar la gramática, no le importa. Hay gente
que puede decir que sí, pero en realidad es una intervención que lo que busca es
terminar con mujeres asesinadas, mujeres que cobran menos por el mismo trabajo,
mujeres que no pueden caminar por la calle tranquilas”, dice el lingüista y lexicógrafo Santiago Kalinowski,
metiéndose en el debate sobre el lenguaje inclusivo con argumentos científicos
y mirada política. (La entrevista completa en https://www.pagina12.com.ar/241461-santiago-kalinowski-prohibir-la-e-es-persecucion-politica)
Mi amigo me
contestó que “es agotador todo este tema… hay tantas cosas más importantes para
cambiar”. Tiene razón: es agotador, porque cambiar implica un esfuerzo. Además, pensar
da más trabajo que no pensar. Paradójicamente, la energía que se gasta en
tratar de impedir cambios, descalificar o burlarse es mucho mayor que la
que se gasta en reflexionar y tomar una posición crítica propia.
¿Usar la “e”
o no usar la “e”? Parece que that
is the question. Pero
no es ese el tema. Yo personalmente uso pocas veces la “e” y solo en
ciertos contextos: a veces como provocación (no puedo con mi genio) y sobre
todo en ámbito familiar, con mis hijas veinteañeras, sus amigues o con personas
jóvenes en determinadas situaciones. Sin embargo, hace bastante tiempo que hago
el ejercicio de detectar usos sexistas del lenguaje, y otros usos
discriminatorios, no solo sexistas, y trato de evitarlos. Es un trabajito, pero supongo que ese tipo de ejercicio es saludable.
Por suerte,
en español, a pesar de todo, creo que avanzamos bastante en las últimas
décadas. Parece lejanísimo el estéril y a veces virulento debate acerca de la
forma “presidenta”. Ministra, médica, arquitecta, jueza y tantos otros
femeninos se fueron abriendo camino, no sin obstáculos, y pisan fuerte en el
uso.
Siguiendo con
esa línea metafórica, el otro día caminaba por la orilla del mar y se
me ocurrió que la tan ansiada equidad de género también se planta firme en la
orilla del océano lingüístico, que nunca se detiene, que siempre cambia y
siempre sigue siendo mar; la tan ansiada equidad de género camina por la
orilla, se moja, las olas la vapulean, a veces parece que la van a derribar,
pero sigue avanzando; la tan ansiada equidad de género moja y salpica, refresca
y estimula.
Olas en la playa Brava de Pta. Colorada, Uruguay 04032021 (video propio LM)
Cerrar la
brecha de género lleva tiempo, esfuerzo, energía y determinación, de parte de
todas las personas de todos los géneros que quieran salpicarse en la orilla de
este maravilloso mar.
Fotos propias LM 04032021
Para celebrar este 8 de marzo de 2021 elegí esta canción vintage muy vigente: mi tema del veranoWillie Colon y Soledad Bravo Déjala bailar ¡No dejen de escucharlo muy fuerte y de sacudir el esqueleto!
Para cuando se sienten a descansar, después de haber bailado un rato, dejo algunos datos recientes de la brecha de género en Uruguay:
“...la
situación no ha cambiado mucho y el mapa muestra que las mujeres políticas se
siguen enfrentando a distintos techos de cristal que hacen que el país se
mantenga como uno de los más rezagados de la región en esta materia. Las
elecciones de octubre de 2019 dejaron conformado un Parlamento con 26,6% de representación femenina en el Senado y
19% en la Cámara de Representantes. A nivel del Poder Ejecutivo, el gabinete
quedó integrado por sólo dos ministras, de un total de 13: Azucena Arbeleche en
Economía y Finanzas, e Irene Moreira en Vivienda y Ordenamiento Territorial.”
Un tema distinto al de esta entrada, pero parecido, pasa con el voseo. Es considerado menos prestigioso y
elegante, incluso en ámbitos de informalidad, en América, en los países donde
coexisten las dos formas, el “tú” y el “vos”: sobre este tema comparto este interesante análisis Uso
de "vos" en Mexico
Pero este asunto queda para profundizar en una próxima entrada del blog ;)