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viernes, 25 de junio de 2021

Lenguaje no discriminatorio (parte 1)

 

 


Si no leíste la primera entrada, donde te cuento acerca de mi fórmula personal de spritz lingüístico y te paso el primer ingrediente, el lenguaje claro, acá te dejo el link: https://leomadalena.blogspot.com/2021/05/primer-ingrediente-de-mi-spritz.html


El segundo ingrediente del spritz es un poco más picante e intenso, así que te aconsejo que te sientes y te relajes. Como, además, el tema da para mucho, voy a tener que desdoblarlo en dos entradas.


Mi receta de spritz lleva, entonces, una parte de lenguaje claro y dos partes de lenguaje no discriminatorio


En esta parte 1 del segundo ingrediente te voy a mostrar algunos recursos para evitar un uso sexista y androcéntrico de la lengua española.

 

Guías y manuales

 

Cada vez más gobiernos, organizaciones, universidades y empresas publican guías y manuales de uso de la lengua, para que sus comunicaciones sean coherentes con los valores que promueven y con la imagen que quieren proyectar.


Algunos las llaman guías o manuales de lenguaje inclusivo o incluyente, otros hablan de lenguaje no sexista, otros se refieren al lenguaje no discriminatorio en el título, pero en definitiva son bastante similares.

 

Es que en este mundo hiperconectado y vertiginoso, nadie, o pocas personas e instituciones,

·       quiere proyectar una imagen políticamente incorrecta,

·       desea recibir críticas por discriminar o por establecer una comunicación sexista que implique que mujeres o personas no binarias se sientan excluidas,

·       renunciaría a ese nicho de mercado (que tan chico no es, dado que si sumamos a las mujeres y a las sexualidades disidentes llegamos a bastante más del 50% de la población mundial),

·       puede darse el lujo de no tener una comunicación fluida con cada persona con la que interactúa en las redes.

 

¿Qué no es el lenguaje inclusivo?

 

Esta vez voy a hacer lo que no hay que hacer: en lugar de decir lo que el lenguaje inclusivo es, voy a empezar por decir lo que NO es: el lenguaje inclusivo en español no es hablar con la “e”. En todo caso, hablar con la “e” sería usar el lenguaje inclusivo directo. Es la estrategia discursiva más disruptiva y provocadora, algo así como decir: si hablos con la "e" y a alguien no le gusta, que se tape las orejas. También existe el lenguaje inclusivo indirecto, que usa los recursos que la lengua española estándar ofrece, sin alterar en nada su morfología. Más adelante te muestro algunos de esos recursos: no te pongas impaciente. 

 

Pregunta nada inocente ¿hasta ahora sentiste que yo estaba usando alguna forma molesta de lenguaje inclusivo? Bueno, te cuento que estuve usando todo el tiempo el lenguaje inclusivo indirecto, intentando no usar nunca el masculino genérico, para referirme a un público lo más amplio posible, es decir, tratando de generalizar sin invisibilizar. A lo mejor, entonces, ya fuiste descubriendo algunos de los recursos que usé 😉 

 

 ¿Lenguaje inclusivo, incluyente, no binario, no discriminatorio 🤔?

 

En primer lugar, la utilización de los términos “inclusivo” o “incluyente” hoy está siendo discutida por personas que se ocupan de estos temas. La crítica viene por el lado de que si hablamos de "incluir" se está presuponiendo que hay un grupo de personas “normales”, mayoritario, que incluye desde una posición dominante a otro grupo de “diferentes”, minoritario. [Para profundizar en las diferencias entre “inclusión”, “integración” y “convivencia” recomiendo la publicación Includere, integrare o convivere de Fabrizio Acanfora, en italiano, que explica de manera muy clara y razonada los cuestionamientos a las terminologías más usadas hasta ahora].


En segundo lugar, “no binario” o “no sexista” nos limitaría a las cuestiones de género: masculino-femenino-otro. Por eso, creo que usar “no discriminatorio” sería mucho más adecuado, porque es más amplio, porque implica no discriminar a ningún grupo de personas, visibilizarlas a todas, y que todos los grupos tengan los mismos derechos, sin importar si son mayoría o minoría, que tengan el mismo poder en una justa convivencia entre diferentes, porque, al fin y al cabo, ¿no somos todas las personas diferentes, aunque compartamos algunas características?


De cualquier manera, estoy segura de que ya va a surgir alguna otra opción mejor que “no discriminatorio” para definir esta manera de usar el lenguaje: personalmente no me gusta definir algo por la negativa, pero no se me ocurrió nada mejor… por ahora. Si se te ocurre una terminología más apropiada, no dudes en comentármelo más abajo🠋 Lo importante es que no nos enamoremos de las terminologías y prestemos siempre atención a los cambios; si aparece una forma mejor, la cambiamos.

 

¿Cómo nombrar?

 

Cuando nos dirigimos a alguien, un criterio que no falla nunca es nombrar a una persona como quiere que la nombremos¿Persona con discapacidad o persona con diversidad funcional? ¿Trans, queer, gay, persona no binaria, sexualidades disidentes, etc.?


En general, en las comunicaciones oficiales de cada país, el criterio es usar las denominaciones de grupos y colectivos a partir de su propia participación en la elaboración de los tratados internacionales, porque cuando los países los suscriben se comprometen a usar esa terminología consensuada. Ya vemos que existe una estrecha relación entre el uso de la lengua y el derecho, en este caso el derecho internacional. Voy a volver más adelante sobre esta relación.


Claro que esos términos no son fijos ni invariables, van cambiando a medida que los propios grupos van ajustando la terminología para autodesignarse. 


Diversidad, prejuicios y estereotipos

 

Otro argumento a favor del uso de un lenguaje no discriminatorio, si entendemos que la biodiversidad es un valor en la naturaleza, sería aplicar el mismo criterio valorativo e impulsar la diversidad humana como un valor y una riqueza.


Incluso varios de los ODS de la agenda 2030 de la ONU se refieren a la no discriminación y el acceso a la información, a la educación y a la cultura, por lo tanto, directa o indirectamente abarcan la difusión y el uso del lenguaje claro y no discriminatorio. De ese modo, los países que adhieren a esa agenda deberían ocuparse también de los aspectos lingüísticos y comunicativos en sus políticas.

 

Eso es lo que debería ser. Otra cosa muy distinta es lo que esEs que si algo no se nombra, no existe, y si no existe, no se le asigna valor, tampoco económico, de manera que hay razones de peso, o de $$$. La lengua lleva la marca (también comercial) de los grupos dominantes, de los grupos de poder. 


La realidad es que nuestra lengua refleja nuestros prejuicios y nuestros estereotipos. Nadie está libre de ellos, es verdad, pero tampoco podemos andar por la vida dejándonos manejar por ellos.


Veamos algunos ejemplos tomados de distintos medios: 



En estos ejemplos vemos que la posición de mayor prestigio corresponde al masculino y la de menor prestigio (y menor sueldo, ¡oh casualidad!) a la mujer, incluso cuando es archisabido que hay médicas y enfermeros. Una manera de evitar reproducir ese estereotipo sería usar “personal de la salud”, un giro (por suerte) cada vez más frecuente. 

[Ahí ya tenés un recurso de lenguaje inclusivo indirecto 😉. Más adelante voy a mostrarte algunos otros recursos que tiene la lengua española para evitar reproducir estereotipos de género, que a su vez reproducen desigualdades en nuestras sociedades.]

Otro caso interesante de uso sexista del lenguaje es el de los pares perro/perra, mujer fácil/hombre fácil, zorra/zorro, mujer pública/hombre público. En estos pares todas las formas femeninas contienen juicios de valor negativos, asimilando a la mujer a una prostituta (¡qué raro!), en cambio la forma masculina es neutra, es decir que no tiene ninguna valoración, ni positiva ni negativa. ¿Alguna vez lo habías pensado?


Veamos ahora el siguiente título de La Nación del 25 de mayo de 2021: 

El Federal: lento avance de obras en el barrio que “unió” a Fernández y Cristina

Ahí tenemos otro sutil uso sexista de la lengua española, que se evitaría si se usara el lenguaje inclusivo. ¿Por qué se usa el apellido para el hombre y el nombre para la mujer, cuando los dos se llaman Fernández?

Estamos recorriendo un camino y todavía nos falta mucho. Además, este camino no tiene una línea de llegada, porque el lenguaje va cambiando todo el tiempo, como van cambiando el mundo y la sociedad.

 


La vicepresidenta y el Parlamento uruguayo

 

Por suerte, en español, a pesar de todo, creo que avanzamos bastante en las últimas décadas. Ya parece bastante dirimido el debate acerca de la forma “presidenta”. Si bien es cierto que todavía hay algunas personas o instituciones que se resisten a adoptar esta forma, a lo largo de los años muchos medios han ido incorporando la forma con la desinencia en “a” y su uso en general se ha ido naturalizando. Hasta una institución monárquica y machista como la venerada Real Academia hace años que intervino, dando su beneplácito a la forma femenina, y recomendando la forma “presidenta”, que existe en el diccionario académico desde 1803 y estaba documentada en la lengua española desde el siglo XV. Otras formas femeninas como ministra, médica, arquitecta o jueza se fueron abriendo camino, no sin obstáculos, y pisan cada vez más fuerte en el uso. 


Hace poco le escribí al Parlamento del Uruguay, cuando detecté que usaban "vicepresidente" para Beatriz Argimón, la actual vicepresidenta del país. Me respondieron que tendrán en cuenta mi sugerencia de adoptar la forma "presidenta" o "vicepresidenta". En realidad, no sé si efectivamente cambiarán algo o si fue una amable respuesta política, pero por lo menos me contestaron y lo valoro. En circunstancias similares, la mayor parte de las veces que escribo ni me contestan... 

¿Qué te parece la idea de escribirles a instituciones o empresas con las que interactuás cuando detectás usos discriminatorios del lenguaje? ¿Lo hacés? ¿Lo harías? ¿Por qué sí o por qué no? Espero no recibir muchas respuestas que digan “Porque no sirve para nada”. Es nuestro derecho ciudadano.

 


 [NOTA: en 2022 el Parlamento uruguayo cambió "presidente" y "vicepresidente" por "presidenta" y "vicepresidenta" 😉😊👏👏👏]


👉Recursos para evitar un lenguaje androcéntrico 

 

A continuación te muestro algunos recursos que nos ofrece la lengua española para evitar el lenguaje sexista o androcéntrico y visibilizar a las mujeres o a las sexualidades disidentes. No se trata de una lista exhaustiva, de manera que no son los únicos, es más, si se te ocurren otros, podés agregarlos 🠋 en "comentarios" y así vamos agrandando la lista 😉


·       Usar sustantivos como las personasla comunidadlos gruposla ciudadaníael personal de la saludel personal de limpiezala tripulación (y no “los pilotos y las azafatas”), representante legal en lugar de “tutor”, la direcciónla secretaríala presidenciala juventudla comunidad migranteel equipo de trabajoel público interesadola masa societaria mejor que “los socios”.

·       Emplear sustantivos comunes en cuanto al género sin el artículo: especialistas, agentes, estudiantes, periodistas, solicitantes, representantes.

·       Dosificar los desdoblamientos: las usuarias y los usuarios (también el orden importa: si en el abecedario la está antes que la o, ¿por qué anteponemos la forma masculina?), las y los usuarias/os. Este recurso es claramente más pesado y menos económico, de manera que conviene dosificarlo muy bien para que el texto no resulte monótono, y reservarlo para aquellos casos en que la visibilización de las mujeres es un objetivo principal de la comunicación, por ejemplo, cuando se quiere estimular la participación de las mujeres en determinada actividad en la que hay escasa participación femenina, como en “se invita a las trabajadoras y los trabajadores a participar en la asamblea…”. Además hay que tener en cuenta que al usar este recurso se está excluyendo a las personas que no se identifican ni con el género masculino ni con el femenino.

·       Preferir las formas femeninas para cargos y profesiones: no existen formas invariables en la lengua, porque la lengua se adapta a la realidad. Como ya señalé, la Real Academia Española, que no es una institución famosa por lo revolucionaria y feminista, hace años que recomienda la forma "presidenta" y dice que es preferible a "presidente" cuando es una mujer quien ejerce ese cargo. ¿No me creés? Fijate acá: https://www.rae.es/noticia/es-la-presidenta-o-la-presidente 

·       Elegir pronombres sin marca de género: quienes presenten la documentaciónquien tenga interés en lugar de “los interesados”, alguiennadiecualquier habitante/persona.

·       En cuanto a las formas verbales, usar estructuras con “se”: "cuando se solicite asilo" en lugar de “cuando el interesado/un extranjero/un refugiado solicite asilo”,

·       y usar infinitivos: "al abonar las tasas" y no “cuando el usuario/el deudor abone las tasas”, "para asociarse" mejor que “para ser miembro”.



Quienes nos dedicamos a traducir y a corregir

  • tenemos que actualizarnos permanentemente sobre el uso en las lenguas con las que trabajamos, 
  • debemos ser fieles al contenido y al mensaje del original,
  • y tenemos que lograr que nuestros textos sean adecuados al público al que están dirigidos.

Con un poco de atención, creatividad y sensibilidad siempre podemos buscar (y encontrar) la vuelta para evitar un lenguaje sexista y androcéntrico, aunque nos dé un poco de trabajo.


Nos vemos en la segunda parte de este segundo ingrediente de mi spritz lingüístico, donde te hablaré de lo que está pasando en algunas otras lenguas con respecto al lenguaje no discriminatorio. No te lo pierdas. Te espero.👋


Te dejo con una clase magistral de interpretación consecutiva 😄: 




viernes, 25 de septiembre de 2020

La fiesta de la traducción

 

Petrona Viera, foto propia LM, tomada en la exposición del Museo de Bellas Artes de Montevideo, 2020

La celebración del mes de la traducción esta vez será sin juntadas físicas entre colegas, en medio de esta situación tan surrealista a la que ya nos hemos ido acostumbrando, más o menos.

Es el mes de la traducción porque el 30 de setiembre —como decimos en Uruguay, o septiembre, como se llama este mes en otras áreas hispanohablantes— se conmemora el día de quienes nos dedicamos a esta fantástica actividad. No voy a hacer el cuento de San Gerónimo y blabla porque no viene al caso.

Para celebrar la traducción, en este año tan atípico, se me ocurrió resaltar esas antenitas paradas que tenemos las traductoras (sorry, men: somos mayoría, así que uso el femenino genérico) para detectar cambios y alteraciones en las lenguas, esos oídos 👂aguzados para captar inflexiones y matices, ese olfato 👃 fino para percibir intenciones y connotaciones, y ese tacto sutil que desarrollamos para tratar a las lenguas con respeto y amor 💛.

Como observadora de los vericuetos de las lenguas (obse, o nerd, bah) últimamente noté algunos rasgos de sexismo en las lenguas que habito y me habitan, por lo tanto, en los hábitos de pensamiento de las personas que las hablamos. Porque atrás de las palabras hay maneras de pensar que ni nos damos cuenta que tenemos.

Y aquí va la anécdota de algo que me pasó este año en una clase de español para extranjeres.

Cuando todavía había clases presenciales, poco antes de la pandemia, les propuse a mis estudiantes universitaries italianes un conocido juego. Tenían que elegir un personaje real o de ficción, de cualquier género y época, y escribirlo en un papelito. Recogí los papelitos, los mezclé y le entregué uno a cada estudiante, que se lo tenía que pegar en la frente sin mirar lo que estaba escrito, de manera tal que solo los demás pudieran leerlo. Cada estudiante tenía que tratar de adivinar su propio personaje haciendo preguntas hasta que le respondieran “no”; en ese momento quien estaba a su lado empezaba su turno de preguntas.

El grupo era mixto y parejo, mitad chicas y mitad chicos, pero los personajes elegidos fueron todos de género masculino, salvo Bob Esponja, que no se sabe bien a qué género pertenece (o por lo menos hay interpretaciones acerca de la indefinición genérica del personaje en términos binarios).

Habían elegido los siguientes personajes: el Papa Francisco, un par de políticos italianos: Luigi Di Maio y Silvio Berlusconi, Bob Esponja, King Kong, un profesor de les estudiantes durante ese semestre, Maradona y Cristiano Ronaldo.

Cuando me di cuenta de que los personajes que habían elegido eran hombres ♂ (+ Bob Esponja), me quedé pens­­ando 🤔.

Hacía poco, en mis vacaciones de verano, había jugado con mi hija y unos amigos a ese juego. Recordé que yo había tratado de elegir personajes femeninos, pero me había costado bastante, sobre todo si, además, quería seleccionar una mujer del pasado, que no fuera de Europa o Estados Unidos, digamos sudamericana. Si elegía a una poeta, por ejemplo, seguramente no sería tan famosa fuera de las fronteras y tal vez (y solo tal vez) fuera conocida en su propio país por alguna calle con su nombre. Con pintoras, médicas o maestras pasaría lo mismo. ¿Nunca les pasó?

En nuestros jóvenes países sudamericanos hay calles y plazas con nombres de un montón de militares, presidentes o ministros, poquísimos científicos, y menos docentes, aunque sean hombres. Ahí se agrega otro factor al combo: la profesión

Cuando hacía poco que vivía en Buenos Aires, un día me tomé un subte que pasó por una estación que se llamaba “Mtro. Carranza”. Ingenuamente pensé con un poco de envidia uruguaya: “¡Qué evolucionados y progresistas los argentinos! Reconocen la labor de un maestro dándole su nombre a una estación de subte”. Estaba equivocada, “mtro.” es la abreviatura de “ministro” y no de “maestro” (¡gran decepción!). Es más, dudo que haya alguna estación que lleve el nombre de un maestro y mucho menos de una maestra.

Si agregamos otro filtro, como el color de piel oscuro, no hay que molestarse en buscar personajes históricos famosos, tampoco ahora hay tantos que ocupen cargos de poder en cualquier ámbito: CEO de empresa importante, ministro, director de medio de prensa, etc. Ni que hablar de la combinación mujer y color-de-piel-oscuro. La combinación de varios de esos filtros, como género, proveniencia, profesión y color de piel, es un cóctel que no falla.

En mi casa circulaba un chiste. Si había un personaje de ficción desgraciado y perseguido por ser negro, por ejemplo, u homosexual, se decía “lo único que le faltaba era ser judío y comunista”. Si sabemos leer con atención, las toponimias y los chistes dicen mucho más de lo que creemos sobre nuestras sociedades.

Pero las sociedades, como las personas y las lenguas, están cambiando todo el tiempo. Y quienes trabajamos con las lenguas tenemos que prestar atención a esos cambios permanentes (¡qué oxímoron maravilloso!).

Hace unos diez años, cuando vivía en Italia, me eligieron concejal en las elecciones municipales y el intendente me nombró algo así como “directora del departamento escolar”. Quienes asumíamos los nuevos cargos teníamos que hacernos las tarjetitas personales y cuando me pidieron que escribiera mi nombre y el texto que iría debajo, yo puse “assessore alla scuola”, era lo que me parecía haber visto y escuchado, aunque ese cargo lo ocupara una mujer. Claro que dudé, ¿será “assessore” o “assessora”? Pregunté a algunos nativos italianos y confirmé “assessore”. Esa decisión fue el resultado de mi complejo de inferioridad por ser mujer-inmigrante-extracomunitaria-del-tercer-mundo-etc. Hoy no habría dudado en poner “assessora”.

Con relación a este tema, una alumna hace poco me mandó este link a una charla TED de la lingüista Vera Gheno: Il potere delle parole giuste (dura unos 16 minutos).

Después de eso, una amiga que tiene un club de lectura me preguntó si no tenía cuentos en español de escritoras o escritores de países y lenguas distantes, “qué se yo, iraníes…”, me dijo. Le contesté: “No sabe cuánto lamento no poder darle indicaciones de cuentos del universo que hay más allá de la hegemonía, porque justamente por eso, por estar en las periferias del eje, no se conocen (o por lo menos yo no los conozco). Lamento defraudarla: es mucho más lo que desconozco y me gustaría conocer que lo que conozco porque es lo que encuentro en la vuelta." 

Es que con frecuencia solo vemos lo que está en el centro, no lo que está en el margen; a menudo les negres, les indies, les que provienen de otros países marginales como el nuestro y no de EE. UU. o Europa, las mujeres, etc., son invisibles y también son invisibilizades por nuestra lengua y nuestros hábitos de pensamiento colonizados.

Por eso hoy y siempre celebro la traducción. Auguro mucha más traducción, de muchas más lenguas y no solo de las hegemónicas. Celebro cada día mi actividad profesional en la dirección del respeto y la valoración de todas las diversidades. Y agradezco la enorme fortuna de haber podido entrar en otros mundos a través de otras lenguas.

¡Feliz día! ¡Feliz mes! ¡Feliz fiesta de la traducción! 🍷🎉🌈

domingo, 29 de septiembre de 2019

Traducciones y migraciones

escultura de Bruno Catalano

El sábado 28 de setiembre de 2019 me junté con colegas de la AATI (Asociación Argentina de Traductores e Intérpretes) para celebrar el día de la traducción. También para festejarnos, para festejar haber elegido este bello camino por un mundo multicolor. 

El lugar elegido (muy apropiado) fue el Museo de las Migraciones, un lugar increíble de esos que ofrece esta palpitante ciudad de Buenos Aires, frente al río. Era la primera vez que iba ahí, aunque paso muy seguido por esos lares, para tomar el barco y cruzar el charco (léase Río de la Plata) e ir a mi ciudad de origen, Montevideo. 


Festejo AATI, Día de la Traducción 2019. Foto de LM, tomada desde el ascensor panorámico del Museo de las Migraciones


Yo también soy inmigrante, emigrante, migrante al fin, no solo de tierras, ciudades y pueblos, también de culturas, idiomas y perspectivas. Desde chica empecé a cruzar fronteras, de las político-administrativas no tantas (mi primer viaje largo fue a Europa con 20 años, antes había viajado solo a Argentina, Brasil, Chile y Paraguay). Pero desde la infancia había empezado a ampliar los horizontes viajando por las lenguas, primero el inglés, después el francés y el italiano, el latín, el ruso, el portugués, y recorriendo culturas, a través del cine (fui socia devota de Cinemateca Uruguaya desde los 14 años), la literatura, el teatro, la música, el ballet y la danza, la política, la filosofía y ainda mais. De grande tuve ocasión de viajar un poco más, a otros continentes y países lejanos. Cada vez se me iba agrandando el universo y cada vez me parecía más fascinante y sorprendente, más multicolor y con más matices, más rico y generoso. Cada encuentro y descubrimiento de esa maravillosa diversidad me obligaba (y obliga, y obligará) a cuestionarme mis propios prejuicios atávicos, mi visión del mundo: un trabajito incómodo de permanente reflexión. Lo que no sabía cuando empecé este viaje en la infancia era que se trataba de un viaje solo de ida, que iba a durar toda la vida.

Cito al traductor y profesor de quechua Carmelo Sardinas Ullpu en la celebración de la AATI:

“(… ) en estos 527 años nos separaron, nos dividieron y nos cuesta reconocernos hasta a los propios quechuas (…)  tenemos esa forma de ver, que el que está de la frontera para allá es extranjero  ¿cómo extranjero en nuestro propio continente? ¿en nuestra propia tierra?(...) ¿no puede haber un reconocimiento, que somos todos hermanos nacidos en este continente? Nosotros somos nacidos en esta tierra, somos hijos de la Pacha Mama y del padre Sol, entonces creo que tenemos que ir avanzando para unir (…) para reunirnos. Quiero dejarles este mensaje: tenemos que buscar la unidad en la diversidad, juntémonos.
(…)  tengo miedo de que se pierda nuestra lengua (antes de que vinieran los españoles eran 30 millones de personas que hablaban quechua) (…).”

Ahí va un link a una breve entrevista a Carmelo Sardinas Ullpu en 2017, en ocasión del primer (¡¿en 2017?!!!) Congreso Nacional de Lengua y Cultura Quechua (bueno, nunca es tarde cuando la dicha es buena):  


Más abajo hay otro link a una canción de Jorge Drexler para amenizar estas reflexiones. Destaco las siguientes palabras de la letra: 

“Yo no soy de aquí,
pero tú tampoco:
de ningún lado del todo
y de todos lados un poco”

“Si quieres que algo se muera,
déjalo quieto”


















Y el último link es a esta chamarrita, cantada por Alfredo Zitarrosa, que también alude a las eternas migraciones de la humanidad. Copio la letra.






No te olvides del pago
si te vas pa' la ciudad
cuanti más lejos te vayas
más te tenés que acordar.
Cierto que hay muchas cosas
que se pueden olvidar
pero algunas son olvidos
y otras son cosas nomás.

No eches en la maleta
lo que no vayas a usar
son más largos los caminos
pa'l que va carga'o de más.

Ahura que sos mocito
y ya pitás como el que más
no cambiés nunca de trillo
aunque no tengas pa' fumar.

Y si sentís tristeza
cuando mires para atrás
no te olvides que el camino
es pa'l que viene y pa'l que va.

No te olvides del pago
si te vas pa' la ciudad
cuanti más lejos te vayas
más te tenés que acordar.

Cuanti más lejos te vayas
más te tenés que acordar.

 ¡Feliz Día de la Traducción!


Perspectiva porteña, foto LM